Es decir, eres imprescindible.
Voces: Escritos de una vieja indecente
Estos son los fantasmas, las voces y ecos, frutos de la vida indecente, a veces logran escapar de mi mente, de la mano que sostiene la cerveza y culminan por acá
domingo, 24 de agosto de 2014
Te quiero
Te quiero como se quieren las cosas imposibles, como la mañana quiere al café y la ciudad a sus luces.
sábado, 12 de julio de 2014
Hazme falta
No respires cerca de mí
No me toques
No me
escuches
No me hables
No me veas
Ni me hagas
tuya
No me saques
de este mundo
No me dejes
sin aliento
No te quedes
conmigo
Hazme falta
lunes, 28 de abril de 2014
Mujeres perfectas
Mi parte favorita del cuerpo son las piernas, luego el
abdomen, le seguirían los brazos y por último la cara. De todas tengo una
magnífica colección digna de admirarse, digna de un museo. Pero no cualquiera
entiende mi gusto por las partes humanas, de hecho la mayoría lo encuentra
hasta aberrante. Ellas por supuesto lo encuentran muy doloroso, ¿Te mencione
que todas las piezas son femeninas? Siempre he encontrado catárticas todas sus
curvas, su suavidad, las formas naturales y caprichosas que aparecen al
contonearse.
Lo primero es elegir a la mujer; me gustan alegres y de ojos
grandes, que derrochen alegría y energía, me gustan sanas también. Suelo
seguirlas por un día o dos y cuando el momento llega: en ese terreno baldío, en
la cuadra que está sola o en la esquina sin luz…ahí ataco yo.
Siempre lloran y lloran y gritan y suplican no les haga nada
malo. Y aunque yo trato de explicarles que están a punto de ser lo mejor que
pueden ser en sus vidas o bueno…después de sus vidas, ellas simplemente no
entienden, se muestran siempre renuentes a cooperar. Me muerden me patean, me
rasguñan y hasta me escupen, pero eso no quita que yo haga mi trabajo con todo
amor y cuidado porque después de todo se trata de mi sueño.
Porque ¿Sabes? Toda
esa pedaceria de partes humanas no es nada más porque sí. Estoy formando algo
nuevo, algo que nunca se ha visto pero que siempre se ha buscado, estoy construyendo
a las mujeres perfectas…y tú querida, al menos algunas partes de ti,
contribuirán a este noble propósito ¡Magnifico, magnifico! ¿No te parece? Ah,
pero no llores te prometo que en el cuerpo en el que te ponga quedarás hermosa.
No, no trates de quitarte la mordaza, es inútil, además lo mejor todo es que
mis mujeres no hablan ¡También les coso los labios! ¿Genial, verdad? ¡Genial!
Completamente perfectas.
Aunque…tu opinión podría servirme en estos momentos, verás,
tengo un problema: Una vez juntas todas las partes, ya que mis mujeres perfectas
están creadas y hermosas, ellas…ellas parecen tristes y fúnebres. Sus ojos no
brillan como antes con toda esa chispa, esa energía simplemente se les esfuma.
Ahora que lo sabes, tú no vas a ser así ¿Verdad? ¿Cuál crees
que sea la causa? ¿No me quieres responder? No importa, creo…creo que de ahora
en adelante las buscare más jóvenes, de unos 15 o 16 años. Tal vez así la
alegría les dure más, aunque sea en partes.
Muerte anunciada
Anoche soñé que moría, una parvada de pájaros negros cruzaba el cielo y la gente salía de la funeraria echando pétalos al aire. Y aquí estás ahora, con un ramo…
martes, 1 de abril de 2014
A un paso de la muerte
Era obvio que algo le molestaba, tal vez porque yo había pasado toda la noche bailando con los amigos de él. A lo mejor era el dolor de cabeza de aquella tarde o los pendientes en la oficina…
-Ya vámonos. Voy al baño y nos vamos, le dije…
Estábamos en su fiesta, su empresa estaba festejando sus veintitantos años de servicio, pero él no se veía feliz, unas horas antes había regresado temprano a casa por un dolor de cabeza, tomo una aspirina y regresó a la oficina. Yo ya le había dicho que me esperara para irnos juntos a la fiesta de una vez, pero no, necio como el solo se regreso a la oficina. En fin.
¿Y toda esa gente? Lo dejo un rato mientras me voy al baño a darme un retoque y consigue que todo los invitados se aglomeren a su alrededor.
-¡Víctor!¡Víctor! ¿Qué te pasa? ¡Víctor párate! ¿Qué haces ahí tirado en el suelo? ¡Víctor!
Lo deje unos minutos, nada más fui al baño…y se murió. Toda la gente lo veía como un espectáculo y el ahí tirado, inmóvil. Fue un infarto, en plena fiesta ¡Qué horror!
Lo recuerdo muy a menudo, aunque no me gusta. A mí no me da miedo la muerte, yo ya viví muchos años, solo le pido a Dios no morir en la calle, a la vista de todos…
*Había terminado su monologo cuando abrió al zaguán de su casa, iba desayunar con sus amigas a Coyoacán, sintió otro dolor de cabeza, como Víctor, y eso fue todo…Mary cayó hacia adelante inerte dando un golpazo en la banqueta, no a la derecha ni a la izquierda o hacia atrás, sino enfrente, justo a un paso de cumplir su ultima voluntad, pero no, ella murió en la banqueta.
-Ya vámonos. Voy al baño y nos vamos, le dije…
Estábamos en su fiesta, su empresa estaba festejando sus veintitantos años de servicio, pero él no se veía feliz, unas horas antes había regresado temprano a casa por un dolor de cabeza, tomo una aspirina y regresó a la oficina. Yo ya le había dicho que me esperara para irnos juntos a la fiesta de una vez, pero no, necio como el solo se regreso a la oficina. En fin.
¿Y toda esa gente? Lo dejo un rato mientras me voy al baño a darme un retoque y consigue que todo los invitados se aglomeren a su alrededor.
-¡Víctor!¡Víctor! ¿Qué te pasa? ¡Víctor párate! ¿Qué haces ahí tirado en el suelo? ¡Víctor!
Lo deje unos minutos, nada más fui al baño…y se murió. Toda la gente lo veía como un espectáculo y el ahí tirado, inmóvil. Fue un infarto, en plena fiesta ¡Qué horror!
Lo recuerdo muy a menudo, aunque no me gusta. A mí no me da miedo la muerte, yo ya viví muchos años, solo le pido a Dios no morir en la calle, a la vista de todos…
*Había terminado su monologo cuando abrió al zaguán de su casa, iba desayunar con sus amigas a Coyoacán, sintió otro dolor de cabeza, como Víctor, y eso fue todo…Mary cayó hacia adelante inerte dando un golpazo en la banqueta, no a la derecha ni a la izquierda o hacia atrás, sino enfrente, justo a un paso de cumplir su ultima voluntad, pero no, ella murió en la banqueta.
miércoles, 26 de marzo de 2014
Mi querido:
Te escribo estas líneas sin la certeza de que las leerás, en todo caso yo ya seré inalcanzable para el nosotros. Que disfrutes muchos ocasos, que la vida sea un paseo, que el sonido del mar rompiendo su ola te enamore, que el sol siempre sonría en tu ventana.
No me llores con lástima ni te cargues de recuerdos fallidos, de intentos vanos. Recuérdame con el amor que te tengo en las últimas palabras del final de mi vida
lunes, 24 de marzo de 2014
Sábados
*Se escucha repicar el teléfono*
-Sí, buenos días. Un taxi para el cuarto 87, por favor
I
Lo que más odio de estas mañanas es el residuo de cerveza en mi boca, ese olor de una noche de malas decisiones que no se va tras ningún vaso de agua.
II
Es hora de hacer el recuento: No sé realmente donde estoy, tiene toda la pinta de un hotel de paso, pero ninguno que yo conozca. Me duele allá abajo, en definitiva algo salvaje tuvo lugar por la noche. Tengo toda mi ropa, mi celular, mi bolsa...falta él o ella ¿Cómo llegue aquí? ¿Quién será?
III
Tal vez algún día caminando por la calle me lo tope sin saberlo y yo seguiré mi camino mientras él o ella me recuerda desnuda. Yo siempre recordaré esta mañana, pero nunca aquella noche....
IV
Llego el taxi, es hora de saber la verdad, conocer este lugar. Lo que más odio de esas noches es el punto en el que inicia la amnesia, los viernes de rienda suelta y cascos ligeros
-Sí, buenos días. Un taxi para el cuarto 87, por favor
I
Lo que más odio de estas mañanas es el residuo de cerveza en mi boca, ese olor de una noche de malas decisiones que no se va tras ningún vaso de agua.
II
Es hora de hacer el recuento: No sé realmente donde estoy, tiene toda la pinta de un hotel de paso, pero ninguno que yo conozca. Me duele allá abajo, en definitiva algo salvaje tuvo lugar por la noche. Tengo toda mi ropa, mi celular, mi bolsa...falta él o ella ¿Cómo llegue aquí? ¿Quién será?
III
Tal vez algún día caminando por la calle me lo tope sin saberlo y yo seguiré mi camino mientras él o ella me recuerda desnuda. Yo siempre recordaré esta mañana, pero nunca aquella noche....
IV
Llego el taxi, es hora de saber la verdad, conocer este lugar. Lo que más odio de esas noches es el punto en el que inicia la amnesia, los viernes de rienda suelta y cascos ligeros
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